Feliz fin de semana, una pequeña ola de frío parece que nos devolverá a la consciencia de que estamos en invierno, aunque en este Mediterráneo , recordando aquello que dijo Valle Inclán , vivimos en una eterna primavera. Mis pasos me llevan al café en el que desayuna María de Montes Llorca y de García Morella, tan pizpireta como siempre, con sus cuatro apellidos desde que decidió que así debía ser. María había nacido en un pueblecito del interior de Jaén y su nombre fue, durante muchos años, María Montes García, lo que no sé bien es si le pareció una ordinariez o si consideró, por el contrario, que había que darle gracias a sus progenitores, nombrándolos por completo. Así cuando tuvo la mayoría de edad, hizo la solicitud en el Registro Civil, para que su nombre contuviera los dos apellidos de su padre y los dos de su madre, quedando desde entonces con ese apellido tan largo, que pronto en su pueblo, redujeron a uno solo, así la llamaron María "La Condesa", porque en
Recojo mis comentarios de lo que sucede cada día, con cierto tono de humor. En mis cien primeros artículos utilicé el nombre de una Novela en Castellano, como homenaje a los que tanto han hecho por nuestra Lengua.