Feliz fin de semana, ya de bien entrado mayo. Feliz día de calor en la mayor parte de España. Ese calor que ha irrumpido en la paz de nuestras pieles, para venir a hacerlas sudar. Somos los llamados a la deshidratación, si no ponemos remedio. La pérdida de agua que se produce en estos días es el equivalente a un vaso de agua, por día. Es mucho. Además no es un comentario científico, me lo ha dicho con una cara muy seria un vecino y le he dado un altísimo porcentaje de veracidad, él era fontanero y algo sabrá de agua y sus pérdidas. No obstante he querido confirmarlo con otra "voz autorizada", una amiga que vende vasos de cristal en un comercio muy conocido, ella ha dudado, me ha argumentado que no puede confirmar esa información o desmentirla, pero piensa que el experto en humedades es el fontanero.
Ha irrumpido en nuestras vidas el calor, como si viniera de Abu Dabi. Quizá lo ha traído el Emérito. Este que fue Rey de España, pero que se marchó obligado por las sospechas, el Gobierno, una señora rubia alta con tacones y que se llamaba Corina, unos audios, un... y un...., porque a él, al Emérito, se le iban sumando los puntos en contra. Al final era mejor estar lejos hasta que se calmara la cosa, pero veo que la cosa no se ha calmado. Ha vuelto. Ha venido a participar en una regata, en Galicia. La jugada le está saliendo bien, es noticia, lo aclama más gente de los que lo critican y eso es bueno para él. Le viene bien para recuperar su sonrisa. Su hija le dio un abrazo enorme cuando pisó tierra española, qué abrazo más bonito a un padre en un momento tan complicado. Un abrazo cuando más lo necesitaba. Mírenlo, por favor, desde el punto de vista humano, dejen a un lado preferencias ideológicas. Qué necesario son los abrazos. En estos días, por otras circunstancias de mi vida, he visto algunos de las más bonitos que he podido presenciar en mi vida.
El Rey Emérito llegó a Galicia. A mí se me agolpan recuerdos de aquella tierra en la que tantas experiencias gastronómicas he tenido. Gastronómicas y sensoriales, percepciones en tres dimensiones que tienes cuando llegas a Galicia. Se me juntan en la mente, aires, fríos, olores, sabores y texturas. Mi mano por las paredes de piedra que me trasladaban imágenes de tiempos pretéritos, diálogos que nunca existieron... o que sí, mercados, luchas, rezos...
Allí está el Rey Emérito. Nosotros aquí.
Aquí rezando para que esa "viruela del mono" no se convierta en una nueva amenaza que nos obligue a no sé qué cosa dejar de hacer. Algunos ya aventuran que tendremos que dejar de practicar sexo. No voy a hacer un chiste sobre esto, pero les aseguro que podría.
Ayer iba por la calle y escuché decir a una señora, que miraba un carrito de bebé: "Mira qué mono". La madre del bebé empezó a ponerse nerviosa: "¿Qué quieres decir? ¿Le ves algo raro mamá? ¿Lo llevo al médico?"
Y es que hoy puede pasar cualquier cosa. Mi vecino ha puesto a la venta su "Mono-volumen", tiene miedo que le traslade algo de esta "viruela".
¿Y las mascarillas? Pues no sabemos, pero yo ya me las pongo para todo. Me las he puesto para la foto del pasaporte, total son para viajar y en los medios de transporte es obligatorio el uso de la mascarilla. Si me fotografío sin ella cómo saben que soy yo, si voy con mascarilla. Veremos a ver cuando lo explique al policía que me lo tiene que renovar...
En fin, que no ganamos para sustos y remedios. Hace tiempo que, aconsejado por una buena amiga, decidí encomendarme a la Virgen de las Lágrimas y Favores de Málaga, lo hago con "Fe", y me gusta terminar mis ruegos modificando un poco su himno para decirle "Mira que te quiero y sigo suspirando por mirar tus ojos que son las perlas de mi pasión". Si tienen un hueco oigan el himno que está en Youtube.
El fin de semana decidió llenarme de felicidad y así me encuentro, feliz y complacido por la vida. Un sueño del que no me quiero despertar.
Disfruten de existir, quítenle protagonismo al reloj y dénselo a las emociones, que no ocupan tiempo, ocupan VIDA.
Como siempre, afectísimo y seguro servidor de ustedes... Sergio Morales Parra
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