Llueve sobre mojado, esta semana, con una nueva versión de "Ya cambio yo la Ley por ti", que protagoniza nuestro Presidente Sánchez. Como ya saben ustedes, parece que va a desaparecer el delito de Sedición, para convertirse en un delito de "No se quedaban quietos y montaban escándalo público", como si declarar una independencia de una Comunidad fuera darse dos tortas en una barra de un bar. Todo esto para que los que malgastaron millones de euros y jugaron con una población, puedan seguir haciéndolo hoy, se libren de sus delitos del ayer y sigamos quedando como auténticos imbéciles en Europa, por el pasado de denuncias de nuestra "Justicia" ante distintos organismos internacionales, para solicitar la extradición de "autoexiliados" como Puigdemont.
Aprovecho para contarles que ese nombre, el de Puigdemont, viene de un catalán llamado Puig, viajero, que recorrió gran parte del Mundo y era conocido en Girona como "Puig el del Món" y de esa unión salió este apellido Puigdemont, otros lo atribuyen a una familia que cada vez que cometía un delito, allá por la edad media, salían corriendo al "monte", de ahí que se les llamara los "Puig del Mont", versión también creíble, sobre todo conociendo cómo ha reaccionado este último descendiente de la familia. Les cuento esto para que vean qué fácil es construir una fantasía sobre algo y elevarlo a la categoría de verdad histórica, que es lo que hacen algunos cada mañana, para retorcer lo que ha sucedido hace décadas.
Una vez iba viajando por estas carreteras españolas, era de noche, hacía frío, todo estaba algo más que oscuro, cuando en la radio, hablando de un conocido criminal, desaparecido y muerto hace años, surgió la frase: "Pero, no les quepa duda... su espíritu se encuentra entre nosotros". Me entró un frío por la espalda, me saltaron todas las alarmas de la oscuridad e intenté mirar a los asientos de atrás por el retrovisor. Pues eso me pasa ahora con Franco, que no hay semana en la que no tenga su pedacito de protagonismo. Esta semana entré en un debate a intentar dejar claro que tenemos que mirar al futuro, si no, qué España le vamos a dejar a nuestros hijos y nietos, una España irreconciliable consigo misma, por una guerra en la que ninguno de los que estamos hoy aquí, tomamos parte, ni decisiones. He recibido todo tipo de críticas por esos comentarios y, además, he sido vilmente insultado, no me afecta en lo del insulto, pero me preocupa y mucho, porque eso significa que hemos creado una cadena de transmisión del odio, que va creciendo con la aportación de Gobiernos como el que tenemos.
Luís Enrique, nuestro seleccionador, también tiene una idea de España, pero este la tiene a nivel deportivo. Nos quiere dejar una España victoriosa en este "Mundial de Qatar". Su objetivo es repetir aquella gesta del 2010. Llevamos, como entonces, gente joven dispuesta a dejarse la piel en el campo. Todos les deseamos lo mejor, aunque "sufriremos" viéndolos en el campo, sobando la pelota y no chutando a puerta, que es algo que caracteriza el juego de esta selección.
Por motivos profesionales, les deseo lo mejor para este fin de semana, desde el Norte de España, donde la moderación de las temperaturas es una tónica, el sol y el buen tiempo se han convertido en mis compañeros de viaje.
Yo intentaré aliviar mi "añoranza de Levante" con algunas viandas propias de estos lugares, como la fabada o las fabes con almejas y cosas de esas que son livianas, si uno sabe medirse.
Descansen y disfruten del penúltimo mes del año, aquella uva número once que ustedes se tomaron la noche vieja pasada, está siendo devorada a una maravillosa velocidad, no permitan que los políticos le roben la felicidad, es lo único que nunca nos quitarán.
Como siempre... servidor de ustedes, Sergio Morales Parra
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